lunes, 28 de octubre de 2013

Declaraciones del director

¿Cómo es que el poder se embriaga? ¿Que el poder ciega y no deja ver la realidad de las cosas?.  Sera verdad que las personas son plegadas a vivir en el arribismo, de sentirse superior a otros, desde un lugar en donde no se contempla las capacidades del otro. El odio es lo que los une,  atravesado tal vez por las diferencias de castas, del poder trasmutado a manos de unos y de otros,  de dos en un conflicto sin resolución, a menos que la violencia se haga presente, que sea el puente en donde estos mundos se comunican, sepultándose entre ambos.
Analicemos unas de las frases de los personajes: o estas con nosotros o estas con el enemigo.  Esta fragmentación del egoísmo, nos lleva a pensar, que indefectiblemente se cobija a la violencia en un lugar, y ese lugar no visible, es ESTOCOLMO. Un síndrome que se pliega al poder, no al poder como ejercicio de servicio a otros,  si no un ejercicio de venganza disfrazado de justicia. El síndrome de Estocolmo es  cuando  el victimario se identifica con la víctima, (identifica) idéntica fe, de odio.
Operando los mecanismos de un país en vías de desarrollo, que podría ser la Argentina o cualquiera de los países latinoamericanos que hayan pasado por las dictaduras, la tortura y la represión, el relato se centra en la captura de un ex represor por parte de un comando de sicarios que el Gobierno oficial controla. La justicia oficial no puede comprobar la identidad de este represor que ha tomado una identidad falsa y así burla  a la justicia. 
Cuando es secuestrado el ex represor se lleva a cabo un pequeño juicio para determinar si esta persona debería ser ejecutada. La encargada de la operación es una “Señora” que ejerce el poder en una pequeña ciudad de interior de país, que lo reconoce porque ella fue torturada por él, y jamás olvidara el olor a traspiración de este. El ex represor es ciego (o se hace el ciego), es algo que en realidad descubriremos en el transcurso de la película.  También hay una pequeña historia de amor entre la señora y uno de los que secuestra al ex represor, “el rubio”.  La trama central está dada por los pequeños diálogos que hay entre el torturador que esta siendo torturado por uno de los esbirros de la “Señora”. El torturador también tiene una verdad que contar.

Ernesto Baca

Borrador de imagenes, croquis de personajes

                                                          Torturador torturado



                                                       Argumentum vaculum

                                                         Fiesta de premios


                                                    Posible look de la Señora


                                                 Posible tortura